sábado, 25 de mayo de 2013

TDAH: EL SISTEMA NEUROLÓGICO BASADO EN INTERESES

TDAH: EL SISTEMA NEUROLÓGICO BASADO EN INTERESES

Por una parte, encontramos que la mayoría de las personas están equipadas neurológicamente para detectar lo que es prioritario e importante en la actividad diaria, y para obtener por sí mismas la motivación suficiente que les mueva a conseguirlo, aún cuando no les interese.
Y por otra parte, está el resto de personas que tiene déficit de atención…
El TDAH es una condición confusa, contradictoria, incoherente y frustrante, y resulta abrumador convivir con este trastorno a diario.
Los criterios diagnósticos que se han utilizado durante los últimos 40 años dejan a muchas personas cuestionándose si realmente tienen la enfermedad o no, dada la sutil frontera que separa lo que es y lo que no es TDAH. El diagnóstico incluye una larga lista de síntomas que deben cumplirse. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV-TR) cuenta con 18 criterios, pero podemos confeccionar otro listado que  incluirá hasta casi otro centenar de síntomas originados por el déficit en las funciones ejecutivas en este trastorno.
Los profesionales continúan investigando para establecer una definición del TDAH y sus deficiencias, que marque claramente los límites que separan lo que es TDAH de lo que no lo es, que explique el origen de las dificultades que este trastorno genera, y que ofrezca orientación sobre lo que debe hacerse al respecto.
Si nos remitimos a los expertos, es decir, a los cientos de personas diagnosticadas y sus familias, y buscamos la característica que diferencia a las personas con déficit de atención de las que no lo tienen, la encontraremos en el sistema nervioso.
El sistema nervioso del paciente con TDAH es una creación única y especial, que regula la atención y las emociones de manera diferente a como lo haría el sistema nervioso de aquellos que no lo padecen.

LA ZONA TDAH: LA HIPERFOCALIZACIÓN Y EL ÉXITO
Casi ninguno de los pacientes se identifica con el término “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, porque describe aspectos totalmente opuestos a lo que ellos viven en el día a día y, aunque se le denomine trastorno, también tiene aspectos positivos, como veremos a continuación.
El TDAH no es consecuencia de un sistema nervioso dañado o defectuoso. Se trata de un sistema nervioso que funciona bien, aunque con un conjunto de reglas propio y peculiar.
Sin embargo, a pesar de que estas deficiencias se asocia con frecuencia a problemas de aprendizaje, muchas personas con esta condición, si bien no todas, tienen un coeficiente intelectual alto o incluso que puede ser superior a la media. Y también lo utilizan de manera diferente al resto ya que, en muchas ocasiones, son capaces de hacer frente a los problemas de una manera diferente, visualizando soluciones que nadie más es capaz de ver.
Aunque se les denomina “hiperactivos”, la gran mayoría de los adultos con TDAH no muestran ya abiertamente signos de hiperactividad, sino que son hiperactivos internamente.
Las personas con este trastorno no tienen un déficit de atención. Prestan mucha atención a todo y tienen cuatro o cinco cosas a la vez en su mente. La característica distintiva del sistema nervioso con TDAH no es el déficit de atención, sino una atención inconsistente.
Las personas con trastorno por déficit de atención saben que pueden “hiperfocalizarse”, por lo menos, cuatro o cinco veces al día, es decir, pueden dirigir su atención a un pensamiento o centrarse en una actividad, con tanta intensidad que se aíslan del entorno. Cuando están en este estado, saben que no tienen dificultades, y que los déficits en la función ejecutiva que puedan tener habitualmente desaparecen. 
Saben que son inteligentes y brillantes, pero no están seguros de que sus habilidades se activen cuando las necesitan. El rasgo que define al TDAH es que los síntomas y las dificultades van y vienen a lo largo del día, y esto hace que sea desconcertante y frustrante. No obstante, como decimos, estas personas pueden hiperfocalizarse cuando realizan algo que realmente les interesa. Hablamos entonces de un sistema nervioso basado en intereses, y los amigos y familiares juzgan estos comportamientos de egoístas,  Cuando se les echa en cara que  "sólo hacen bien las cosas que les gusta", estamos describiendo la esencia del sistema nervioso con TDAH.
Los afectados por esta condición también pueden entrar en un estado de hiperfocalización cuando la tarea a realizar les supone un reto, pues les sitúa en un entorno competitivo en el que son desafiados por la propia tarea. Las actividades novedosas también atraen su atención, si bien, la novedad desaparece al poco tiempo y la actividad vuelve a tornarse aburrida y monótona instantáneamente.
Otro aspecto a resaltar es que las personas con un sistema nervioso TDAH activan sus habilidades y se ponen en marcha cuando las tareas adquieren un carácter realmente urgente. Y esta es otra de las características: la procrastinación, es decir, postergan sistemáticamente aquellas actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras irrelevantes, pero más agradables, y realizando aquellas que rehuyen sólo en el último momento, cuando ya no queda más remedio que realizarlas. El sistema neurológico TDAH pospone todo aquello que es monótono, aburrido y falto de interés.
Puede afirmarse que las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad quieren hacer su trabajo, pero no pueden comenzar hasta que la tarea no se vuelve interesante, novedosa, desafiante o urgente.

EL SISTEMA NERVIOSO TDAH versus NEUROTÍPICO
Al 90 por ciento de las personas sin TDAH se las conoce en inglés como "neurotypical", lo que no significa “ser normal” o “mejor”, sino que simplemente su neurología es aceptada y aprobada por todo el mundo. Para las personas con un sistema nervioso “neurotypical”, es decir, sin TDAH, que las actividades o tareas sean lo suficientemente interesantes, novedosas o urgentes son criterios útiles pero no requisitos necesarios previos para que se pongan en marcha y las realicen.
Las personas “neurotypical” utilizan tres factores para decidir qué actividad o tarea hacer, cómo empezar a trabajar en ella, y cómo persistir en su realización hasta lograr terminarla. Estos criterios son:
  • El concepto de importancia: ellos mismos encuentran que la tarea es importante y que deben terminarla.
  • El concepto de importancia secundaria: están motivados por el hecho de que sus padres, profesor, jefe, o alguien de su respeto piensa que la tarea es importante y que debe realizarse.
  • El concepto de recompensa por hacer una tarea y las consecuencias-castigos por no hacerla.

Una persona con un sistema nervioso TDAH nunca utilizará los criterios de importancia o de recompensa para automotivarse. Ellos saben lo que es importante y, desde luego, prefieren las recompensas a los castigos. Pero no saben detectar las recompensas por sí mismos, y necesitan que otros se las muestren. 


Así pues, para ellos, las cosas que motivan al resto del mundo a actuar no son más que criterios fastidiosos, y la imposibilidad de utilizar la importancia y la recompensa para automotivarse tiene un impacto crónico en la vida de las personas con TDAH. Esta teoría explica por qué ninguna de las terapias cognitivas y conductuales utilizadas para controlar los síntomas del trastorno tienen un beneficio duradero. Entonces, ¿cómo eligen las personas diagnosticadas entre varias opciones si no pueden utilizar estos criterios para ponerse en marcha?, ¿Cómo toman las decisiones importantes?
Los investigadores consideran que el TDAH es el resultado de un sistema nervioso defectuoso o deficitario. Sin embargo, otro punto de vista es ver al TDAH como fruto de un sistema nervioso que funciona perfectamente bien, aunque regido por su propio conjunto de reglas. Pero, por desgracia, esas reglas no son las que rigen el mundo neurotypical. Por eso:
  • El TDAH no encaja en el sistema escolar, que se basa en la repetición de lo que otra persona piensa que es importante y relevante.
  • El TDAH no prospera en el trabajo estándar, en el que se paga a la gente para trabajar en lo que otra persona (es decir, el jefe) piensa que es importante de acuerdo a criterios neurotípicos, por lo que, en consecuencia, rinden por debajo de sus posibilidades.
  • Las personas con TDAH parecen desorganizados, porque casi todos los sistemas de organización que hay se basan en dos cosas: la priorización y gestión del tiempo, criterios que las personas con TDAH no saben utilizar.
  • Las personas con TDAH tienen dificultad para elegir entre alternativas, porque para ellos, todas las opciones tienen la misma “falta de importancia” y todas las alternativas tienen el mismo aspecto.

Las personas con un sistema nervioso TDAH saben que, si se comprometen con una tarea, pueden hacerla. Lejos de ser mercancías dañadas, estas personas, con un sistema nervioso diferente, son brillantes e inteligentes. El principal problema es que, al nacer, se les dio un “manual del usuario neurotípico”, el cual, funciona bien para todos los demás, pero no para ellos.




NO CONVERTIR A LAS PERSONAS CON TDAH EN NEUROTÍPICOS
Las implicaciones de esta nueva comprensión del trastorno son muy amplias.
Lo primero es pedir a los padres, madres, docentes, médicos y otros profesionales que dejen de tratar de convertir a las personas con TDAH en gente “neurotypical”.
En cuanto al abordaje, los objetivos deben ser dos:

  1. La intervención precoz: lo antes posible, antes de que el individuo con TDAH se convierta en una persona frustrada y desmoralizada, luchando en un mundo neurotípico en el que no tienen posibilidad de éxito.
  2. Un enfoque terapéutico eficaz, el cual debe tratar a su vez otros dos aspectos:

  • Nivelar el sistema neurológico TDAH, proporcionando a través de la medicación, una igualdad de condiciones, es decir, una mayor capacidad de atención, control de impulsos, y una mayor capacidad también para mantener la calma en su interior. Para la mayoría de la gente, esto requiere de dos medicamentos diferentes. Los psicoestimulantes, que mejoran el rendimiento del paciente en su día a día, aunque no son eficaces para calmar la hiperexcitación interna que tienen muchas personas con este trastorno. Para paliar este aspecto, algunos médicos recomiendan además alguno de los fármacos agonistas alfa (clonidina  o guanfacina). 
Recordamos que el tratamiento farmacológico debe estar siempre bajo el criterio y la supervisión del especialista médico.
Sin embargo, por otra parte, la medicación no es suficiente. Una persona puede tomar el medicamento correcto en la dosis correcta, pero nada va a cambiar si todavía se desenvuelve con las estrategias “neurotypical”. 

  • Aquí entra en escena la segunda parte de la gestión de los síntomas TDAH: cada paciente debe confeccionar su propio “Manual del usuario con TDAH”. Está claro que los manuales del usuario genéricos que se publican son ineficaces para las personas con déficit de atención, ya que, como todo el mundo, ellos/ellas también crecen y maduran con el tiempo. ¿Qué intereses y desafíos sirven entonces tanto para niños/as de siete años de edad como para los adultos de  27 años?

ELABORAR NUESTRAS PROPIAS REGLAS
El ”manual del usuario TDAH” tiene que partir de los éxitos conseguidos¿Bajo qué circunstancias la persona con TDAH consigue tener éxito y prospera en su vida actual? ¿Cómo acceder a esa zona en la que las personas con TDAH pueden funcionar de manera eficaz y adecuada?
Lo primero, en lugar de centrarnos en los objetivos a los que no llegamos, es necesario identificar los aspectos positivos y las condiciones bajo las cuales conseguimos funcionar de manera óptima.
Para poder identificar estas circunstancias, se recomienda llevar consigo una libreta o una grabadora durante un mes, para recogerlas:
¿Es porque la tarea les supone un reto?  ¿Implica competir? ¿La actividad es diferente, algo nuevo? ¿o se trata de actividades que les apasiona? Si es así, entonces lo que les activa y ayuda a conseguir los objetivos es la superación, la competividad o las actividades novedosas o motivantes, por ejemplo. Al final del mes, la mayoría de la gente ha recopilado 50 o 60 técnicas diferentes de su manera de actuar que saben que les funciona. Cuando tienen que ponerse en marcha, ahora entienden cómo funciona su sistema nervioso y qué técnicas son útiles para conseguir su compromiso y persistencia hasta finalizar la actividad.
Estas estrategias son las que funcionan para muchas personas con TDAH, al dar un paso atrás para descubrir los factores desencadenantes que necesitan para tirar. Este enfoque no trata de cambiar el sistema nervioso de la persona con TDAH por otro neurotípico (como si eso fuera posible). Estas técnicas les ayudará durante toda la vida, ya que se basa en sus fortalezas y cualidades.

ESTRATEGIAS ÚTILES
Como hemos visto, el trastorno por déficit de atención no puede detenernos. Todo el mundo tiene intereses especiales y habilidades que les ayuda a alcanzar sus metas. El truco es identificar estas pasiones y, a menudo, talentos ocultos, y ponerlos a trabajar.
¿Por qué algunas personas consiguen sus objetivos y otras no? Es una cuestión de hábito y de estrategias. Es decir, los primeros han aprendido a concentrarse en sus puntos fuertes, siguen unas estrategias que les ayudan y han desarrollado unos buenos hábitos:
  • Utiliza aquello en lo que eres bueno.

Todo el mundo es bueno en alguna cosa y no tan bueno en otras. A menudo es más productivo centrarse en la mejora de sus fortalezas y no en tratar de apuntalar sus puntos débiles. Y ¿cuando se tenga que hacer algo en lo que no se es especialmente bueno? Trabajar con nuestra familia, con los profesores o con los amigos para encontrar estrategias que nos ayuden a ser hacer frente a las obligaciones "lo suficientemente bien."


  • Mantente en contacto con los amigos y la familia.
Como decimos, los buenos amigos, la familia, son esenciales para la felicidad, y  pueden ofrecernos esa valiosa perspectiva que necesitamos.

  • Pedir consejo.
La vida es difícil, pero no hay necesidad de hacerlo solo. Aconsejamos acudir a aquellos en los que confiamos, y pedirles consejo y apoyo, especialmente cuando surjan problemas. No haga caso de los pesimistas y de los dedos acusadores.
  • Ser lo “suficientemente organizados”.
No tenemos que ser absolutamente organizados y perfectos, sin sombre de desorden. Eso es muy difícil para la mayoría de las personas y, además, una pérdida de tiempo. Sólo tenemos que organizarnos lo suficiente como para que la desorganización no se interponga en nuestro camino.

  • Encontrar una salida a nuestra creatividad.
¿Cuál es tu hobby? ¿La música? ¿El kárate? La vida es siempre más interesante y satisfactoria cuando se practica un hobby, cuidando de no utilizarlo para posponer las tareas importantes.

  • Aprender a delegar.
Si te enfrentas a una tarea o responsabilidad especialmente difícil para uno, pide ayuda para hacerlo o pide a alguien que lo haga por ti, a cambio de hacer algo por esa persona, sin asumir que siempre ha de ser así. Pedir ayuda (ambas partes), repartir y asumir las tareas que se nos dan mejor es especialmente importante en el contexto del matrimonio, ya que dejar las obligaciones menos atractivas (como las tareas del hogar) al cónyuge sin TDAH conduce inevitablemente al resentimiento.

  • Mantenerse optimista.
Esa es la mejor perspectiva para dirigir nuestra vida, desde el lado positivo, y si hoy no conseguimos nuestro objetivo, con la ayuda de familiares y amigos, darnos otra oportunidad.


FUENTE:
TRADUCCIÓN: Gloria López

viernes, 24 de mayo de 2013

El psiquiatra que "descubrió" el TDAH confesó antes de morir que "es una enfermedad ficticia

El psiquiatra que "descubrió" el TDAH confesó antes de morir que "es una enfermedad ficticia"

A la psiquiatría hace tiempo que se le ve el plumero. Son tantas las enfermedades y trastornos que se describen en sus manuales que hoy en día lo raro es no tener nada. Después de hacer saltar las alarmas al incluir las rabietas en el último Manual de Pediatría DSM (la biblia de los psiquiatras) y después de ver como el gobierno estadounidense declara en un informe que 1 de cada 5 niños tiene un trastorno de la salud mental, cifras que parecen un insulto al sentido común de la población, porque es imposible que tantos niños estén mentalmente enfermos, aparecen unas declaraciones de Leon Eisenberg, el psiquiatra que “descubrió” el TDAH, que no dejan indiferente a nadie que viva o trabaje con niños.
El semanario alemán Der Spiegel, en un artículo en que ponía en relieve el aumento de enfermedades mentales en la población alemana, explicó que Eisenberg dijo, siete meses antes de morir, cuando contaba ya con 87 años, que “el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.

Los inicios del TDAH

Los primeros intentos por tratar de explicar que había niños con TDAH sucedieron en 1935. Por aquellos tiempos, los médicos habían tratado por primera vez a niños de primaria con un carácter inquieto y con dificultad para concentrarse en lo que se les pedía, bajo el diagnóstico de síndrome post-encefálico. Fue un intento que no cuajó porque claro, la mayoría de esos niños nunca habían tenido encefalitis.
En los años sesenta apareció el protagonista de nuestra historia, Leon Eisenberg, quien volvió a hablar de dicha enfermedad, pero esta vez con otro nombre, “reacción hipercinética de la infancia”. Bajo dicho diagnóstico pudo tratar a alumnos difíciles, probando diferentes psicofármacos con ellos. Empezó con dextroanfetamina y luego utilizó el metilfenidato, droga con la que consiguió su objetivo y que hoy en día prevalece como tratamiento de elección: los niños enérgicos se transformaban en niños dóciles.
En el año 1968 se incluyó la “reacción hipercinética de la infancia” en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM) y desde entonces forma parte de dicho manual, sólo que ahora recibe el conocido nombre de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
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El logro de Eisenberg y sus colaboradores fue conseguir que la gente creyera que el TDAH tiene causas genéticas, que es una enfermedad con la que se nace. Él mismo dijo, junto con las palabras en que decía que era una enfermedad inventada, que la idea de que un niño tenga TDAH (entendemos que la idea de que un niño sea muy movido y sea un alumno problemático) desde el nacimiento estaba sobrevalorada. Sin embargo, al conseguir que esto calara en la población y en los padres, el sentimiento de culpa desaparece, los padres se sienten aliviados porque el niño ha nacido así y el tratamiento es menos cuestionable. En 1993 se vendieron en las farmacias alemanas 34 kg de metilfenidato. En el año 2011 se vendieron 1.760 kg.
El conocido psiquiatra, que llegó a hacerse cargo de la gestión del servicio de psiquiatría en el prestigioso Hospital General de Massachusetts en Boston, donde fue reconocido como uno de los más famosos profesionales de la neurología y de la psiquiatría del mundo, decidió confesar la verdad meses antes de morir afectado de un cáncer de próstata, añadiendo que lo que debería hacer un psiquiatra infantil es tratar de determinar las razones psicosociales que pueden producir problemas de conducta. Ver si hay problemas con los padres, si hay discusiones en la familia, si los padres están juntos o separados, si hay problemas con la escuela, si al niño le cuesta adaptarse, por qué le cuesta, etc. A todo esto añadió que, lógicamente, esto lleva un tiempo, un trabajo y acompañado de un suspiro concluyó: “prescribir una pastilla contra el TDAH es mucho más rápido” (a lo que yo añadiría “y mucho más ventajoso para el negocio de la psiquiatría”).

El negocio de la psiquiatría

Como he dicho al principio de la entrada parece que la psiquiatría es un monstruo capaz de llevarse cualquier cosa por delante, con un hambre voraz, que no se detiene y que hará todo lo posible por tratar de conseguir que toda persona sana acabe tomando una u otra medicación para tratar su (no) enfermedad. Se les ve el plumero, y una prueba más de ello es que ya existe la próxima enfermedad que será difundida por toda la infancia: el trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva.
Hasta los años noventa era una afección desconocida en los niños. Ahora ya es uno de los diagnósticos más frecuentes en psiquiatría infantil, hasta el punto que las visitas por este trastorno se han multiplicado por 40 en menos de diez años, siendo muchos de los “enfermos” niños de dos y tres años.
Uno de los responsables de la llegada del trastorno bipolar a EE.UU. es el psiquiatra Joseph Biederman, que lleva años haciendo estudios y conferencias sobre el tema y que recibió 1,6 millones de dólares entre el año 2000 y el 2007, procedentes de las farmacéuticas que fabricaron los medicamentos para dicho trastorno, al parecer para dedicarlos a seguir investigando la enfermedad.
Pero esto no es todo. Para conocer el alcance real del negocio de la psiquiatría, para ver hasta qué punto se inventan las enfermedades para luego poder dar los fármacos que ya existen, un estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove reveló que, de los 170 miembros del grupo de trabajo del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), es decir, los que hacen el manual de psiquiatría de referencia mundial, 95 (el 56%) tenía una o más relaciones financieras con las empresas de la Industria Farmacéutica.

¿Existe el TDAH?

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Yo no sé si existe o no existe (y eso que el que la inventó dice que no), ni tampoco me toca a mí responder a esta pregunta, sin embargo estoy seguro de que son muchos los niños diagnosticados cuyo único pecado ha sido ser demasiado movidos, o ser demasiado insistentes a la hora de demandar de sus padres un poco más de atención. Ya hace más de dos años os ofrecí dos entradas en las que explicaba cómo se diagnostica el TDAH, para que vierais que no existe ninguna prueba diagnóstica de ningún tipo que determine que un niño tiene el mencionado trastorno. Todo se hace en base a la observación y en base al cumplimiento o no de unos criterios o parámetros que los niños normales deben hacer.
Ahora bien, ¿qué es ser normal? Krishnamurti dijo que “no es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”, así que quién sabe, quizás los niños que se rebelan ante el intento de domesticarles, aquellos que no soportan estar sentados escuchando cosas que no les interesan, aquellos que preferirían poder decidir qué hacer en sus vidas en todo momento, aquellos que quieren probarlo todo y no dejarse nada, quizás sean al fin y al cabo los más cuerdos.
No digo que ninguno de estos niños no tengan nada. No digo que no necesiten ayuda, porque es muy probable que muchos de ellos tengan muchos problemas, pero nunca he creído en la existencia de un trastorno que afecte al 10% de los niños y mucho menos he creído en la cura milagrosa del metilfenidato, porque si bien los niños cambian su comportamiento, los problemas que hicieron que el niño funcionara de un modo no aceptado siguen ahí.

jueves, 2 de mayo de 2013

TDAH, Pirámide de Ponzi y Flexibilización Cuantitativa.

Algunos padres que tenemos niños con TDAH, somos conscientes de que nos van expulsando del sistema actual.
Nos obligan ir al cole,para luego humillarnos y ridiculizarnos.
Nos echan de los cumpleaños, pues otros padres dicen: "mira lo que ha hecho tu hijo".
Te expulsan de la familia, pues todos te dan consejos de que debes de hacer, y como no funciona, te echan la culpa del comportamiento de tu hijo.
Estas siempre fuera, acabas pidiendo perdon a todos, sobre todo al sistema educativo, a los profesores que pagas dinero, a otros padres, e incluso a los psicólogos a los pagas una pasta.

Tu hijo con TDAH te saca de la zona de confort constantemente, peeeeero cuando llevas varios años pidiendo perdon a todo, y fuera de la zona de confort, es cuando empiezas a observar el mundo en el que vivimos desde fuera, y cuando lo haces, dices "vaya mierda de sistema de adistramiento", vaya profesores sin ninguna personalidad que hay en España, vaya esclavitud a la que estamos sometidos, vaya pantidlla de corderitos que estamos creando, y sobre todo, VAYA ESTAFA DE SISTEMA EN EL QUE VIVIMOS.

Y es entonces cuando empiezas amar y querer más a tu hijo, y empiezas a odiar más al sistema político, al sistema de adistramiento, con base en los colegios y con organismos como los "comites de disciplina" que son copia exacta de la antigua inquisición, pero que usan terminos más modernos.. Y cuando viene hacia ti un individuo, e incluso a veces padre, de dicho tribunal inquisidor, denominado "comite de disciplina" expecializado en perseguir niños con TDAH, asperge, autistas... Antes le pedias perdón, pero ahora le miras a la cara, sonríes y piensas para dentro, "si te dieras cuenta el monstruo torturador que eres". Y te dan ganas de decirle, mira mi hijo sabe sonreir y sabe decir "te quiero", y tú, prueba a ver si eres capaz de abrir los labios para sonreir, verás como no puedes.

Y cuando ves de lejos, con quien no puedes hablar nunca, a algún consejero del sistema de adiestramiento (pedon de educación), con su cara  de felicidad, pensando, jeje, los tengo a todos sometidos, o hacen lo que yo digo, o no los doy el título de la ESO, y no entran en el sistema nunca. Piensas, realmente este tipo sabrá que todo está controlado por el dinero, o no ha tenido tiempo de pararse a pensar...

Pues eso pasa con algunos padres con niños con TDAH, que acaban pensndo, y acaban viendo que todo empezó en 1913, justo hace 100 años, donde unos pocos tipos se hicieron con el control del sistema piramidal en el que vivimos y usaron la palabra mágica para someternos "flexibilización cuantitativa". Pero bueno, eso no se estudia en los colegios del sistema, así que mejor no saberlo.

DEJE QUE SU HIJO HIPERACTIVO SE MUEVA

http://mistdahfavoritas.blogspot.com.es/2013/04/deje-que-su-hijo-hiperactivo-se-mueva.html
Un estudio realizado en el 2009 muestra que recurren al ajetreo para poder mantenerse alertas. 
Limitar sus movimientos puede resultar contraproducente.


Si a un niño se le pide que resuelva una suma o explique qué es un monosílabo se moverá inquieto en su silla. Este ajetreo es un acto reflejo que le permite fijar la atención y recurrir a su memoria. Gracias a un trabajo realizado en marzo de 2009, se sabe que los menores diagnosticados de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) son mucho más movidos que los chicos que no padecen este tipo de trastorno cuando tienen que realizar determinadas labores.
El TDAH, que afecta hasta el 6% de la población infantil española, se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos.
"Nuestros hallazgos ilustran de forma indirecta los comentarios de padres y profesores sobre cómo los niños hiperactivos no paran cuando se involucran en ciertas actividades que, aparentemente, no requieren movimiento, cómo jugar al ordenador, al LEGO (juego de construcciones) o ver la televisión, y cómo este ajetreo aumenta cuando hacen los deberes en casa o tienen que aprender alguna lección en al aula", comenta Mark Rapport, del Departamento de Psicología, de la Universidad de California (EEUU) y autor principal de la investigación.
El trabajo, publicado en el Journal of Abnormal Child Psychology midió de forma objetiva los niveles de actividad de un grupo de 12 menores de entre ocho y 12 años diagnosticados de TDAH que fueron comparados con otros 11 chavales de las mismas edades pero que no padecían ningún trastorno mental.
A todos ellos se les colocó unas muñequeras y tobilleras con sensores actigraphs, capaces de registrar su actividad motora, midiendo la frecuencia e intensidad de movimiento, 16 veces por minuto, de cada niño. Los participantes fueron sometidos a pruebas fonológicas, problemas de matemáticas y de memorización.
"Colectivamente, los chicos con TDAH mostraban una actividad motora desproporcionada en comparación con los del grupo control sin TDAH cuando se les encomiaba alguna tarea en la que estaba involucrada la memoria. Este es el primer experimento que demuestra una asociación funcional entre el típico exceso de movimiento de los hiperactivos y la realización de tareas que involucran la memoria visual y verbal", declaran los investigadores. En una de las pruebas los niños tenían que volver a ordenar y recordar la ubicación de unos puntos en una pantalla de ordenador, y en otra tenían que volver a ordenar y recordar secuencias de números y letras.
Para los autores del trabajo, "estos resultados indican que los hiperactivos necesitan moverse más para mantener los niveles requeridos de alerta mientras que realizan tareas que desafían su memoria de trabajo".
Además, estos estudios indican que "existen déficits en ambos tipos de memoria (visual y verbal) en chavales afectados por el trastorno en comparación con sus homólogos sanos".
Para Cesar Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y del Adolescente de la Clínica de Navarra, "el estudio es muy interesante, porque ya sabíamos que los niños con TDAH tienen problemas en el sistema ejecutivo y en la memoria de trabajo que explicaba su inatención, pero lo importante ahora es ver cómo la hiperactividad aumenta cuando los niños hacen tareas que tienen mucha demanda de atención (estudiar), pero no son tan hiperactivos si la tarea es menos demandante".
Este especialista argumenta que es "como si el sistema ejecutivo, reducido en su capacidad en el TDAH, les llegara para atender o controlar la hiperactividad, pero no para hacer dos cosas a la vez. Esto es trascendente porque esta discordancia en la hiperactividad según la tarea que se le encomiende, se suele interpretar como falta de voluntad, culpabilizando al niño".
Tal vez por estos motivos, el investigador Rapport aconseja a los padres y a los profesores que utilicen "distintas estrategias para minimizar los fallos de la memoria de trabajo: proporcionarles las instrucciones por escrito, utilizar notas para chequear si han realizado todas las tareas, dividir las tareas en pasos más simples, puede ayudar a los niños con TDAH en el aprendizaje sin sobrecargar la memoria de trabajo. Además, cuando estén haciendo las tareas en casa déjele que se levante o que mastique chicle. A no ser que su comportamiento sea destructivo, limitar extremadamente su actividad puede ser contraproducente".
Estos hallazgos también explican por qué los medicamentos estimulantes mejoran el comportamiento de la mayoría de los niños con TDAH ya que, al aumentar su estado de alerta, se consigue mejorar la excitación fisiológica. De la misma manera, los estimulantes mejoran temporalmente la capacidad de la memoria de trabajo.
FUENTE:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/03/13/psiquiatriainfantil/1236940887.html