¿Por qué los niños hiperactivos no comprenden las instrucciones escritas? Cómo descifrarlas.
Los niños
hiperactivos
suelen comprender mal los textos o enunciados escritos de las tareas
escolares por falta de atención e impulsividad, se "comen" palabras al
leer o no realizan una lectura sistemática, leyendo todo el enunciado
sin detenerse y tratando después de recordar los datos. Su impulsividad
hace que perciban la información de forma incompleta, tienen pocas
estrategias para analizarla, por lo que procesan una información
incompleta y muchas veces errónea. No son objetivos en la autoevaluación
de sus resultados y de las estrategias que emplean a la hora de
resolver un enunciado, por lo que tampoco aprovechan los errores que
cometen para mejorar su rendimiento. Sienten que obtener buenos
resultados no está bajo su propio control y se desaniman o rinden con
facilidad. Es por ello que, para realizar cualquier tarea escrita
debemos conseguir que estos niños interioricen y utilicen pasos que les
ayuden a organizar su pensamiento cuando se enfrentan a tareas de
solución de enunciados escritos.
Para ello, debemos entrenarles para que
utilicen como guía los siguientes pasos (autoinstrucciones), los cuales
deben verbalizar y realizar antes de pasar al siguiente. A través de
estas autoinstrucciones debemos conseguir que el niño observe y se sitúe
en la tarea, lea el enunciado fragmentando la información, comprenda y
realice la tarea parte por parte, revise lo realizado y por último se
autoevalúe, felicitándose a sí mismo por el trabajo bien realizado o
detectando en qué paso se cometió el error y tenerlo en cuenta para la
próxima vez.
Procedimiento
- Paso 1: se
presenta al niño el dibujo de la figura de arriba con las
autoinstrucciones y la ficha de trabajo. Para entrenar en la lectura
sistemática de enunciados necesitaremos fichas con instrucciones en
orden creciente de dificultad en cuanto a su procesamiento, variando el
número de instrucciones y variables a tener en cuenta. Las fichas
constarán de órdenes complejas en cuanto a su procesamiento pero no
requerirán cálculos matemáticos complejos o el dominio de una materia
escolar.
- El niño, mirando el dibujo, lee la primera autoinstrucción en voz alta: "Primero miro y digo todo lo que veo".
Después se le invita a describir lo que ve. La información debe ser
precisa y bien organizada. En primer lugar haremos de modelo y después
será el niño el que siga el procedimiento.
- Paso 2: el niño lee el siguiente paso: ¿Qué es lo que tengo que hacer?, y debe responder en voz alta: "eso lo pone en la parte escrita".
- Paso 3: después continúa leyendo, ¿Cómo lo voy a hacer?, y tal como le habremos enseñado, responderá: "leyendo por partes".
- Paso 4: el niño vuelve a los dibujos de las autoinstrucciones: "Tengo que estar muy atento". Teniendo en cuenta que debe ser cuidadoso, procede a leer por partes.
La estrategia de leer por partes consiste en leer el enunciado
deteniéndose en cada fragmento de información significativa y trazando
una raya vertical para no perderse. La instrucción se va ejecutando en
la medida en que se lee cada fragmento. Para ello le decimos al niño lo
siguiente: lee despacio, cuando encuentres alguna información, párate,
rodea o subraya la palabra con un círculo que indique la acción o
acciones para resolver la tarea, haz una raya vertical con el lápiz para
recordar hasta dónde has leído y localiza la información en el dibujo.
Ej. "Dibuja un cuadrado (1º)/encima (2º)/del deporte (3º)/que realiza el niño de más edad (4º)/ y rodea,
con un círculo (1º), la última letra del deporte que practica el niño
más pequeño". Haz lo que te dice en cada parte según la vas leyendo y no
continúes leyendo hasta que hayas hecho lo que te indica primero.
Cuando hayas terminado relee parte por parte y comprueba que lo que has
hecho es exactamente lo que dice la instrucción.Si falla y no se da
cuenta del error, no se lo haremos ver, le dejaremos seguir hasta el
final y cuando termine él mismo deberá evaluar el resultado. Esta es la
única forma de que tome conciencia de su proceso de pensamiento.
- Paso 5: El niño vuelve a los dibujos: "¿Me ha salido bien?".
Para saberlo debe releer el enunciado, parándose en cada fragmento
señalado y comprobando si lo ha realizado correctamente. Después seremos
nosotros los que le confirmemos si la autoevaluación que realizó ha
sido correcta. Para ello, mantenemos la ficha de cara al niño y leeremos
lentamente la instrucción, parándonos en cada fragmento de información y
comprobando si el niño ha realizado aquello que allí figura. Para que
el niño tome conciencia, si la edad del niño nos lo permite podemos
hacer un esquema con el número de instrucciones y variables, pidiéndole
que las identifique a medida que lee el texto. Podemos decirle que rodee
con un cuadrado cada orden y subraye cada una de las variables (los
elementos que podrían variar). No importa tanto el número de fichas
realizadas como la mejoría en la ejecución y el tiempo de reflexión que
el niño dedica a cada una de ellas. Es importante que al principio el
niño verbalice en voz alta lo que hace a medida que realiza la tarea, de
este modo tenemos acceso a sus procesos internos y es un buen método
para trabajar la impulsividad, a la vez que aumenta la concentración y
auto-organización cuando el niño debe analizar una información difícil.
Conocer las necesidades de cada niño.
Para ver cómo debemos trabajar con él las
instrucciones escritas, primero debemos observar cómo el niño se
enfrenta a la tarea. Debemos observar cómo analiza la información
mientras lee, para ello presentamos al niño una ficha de evaluación
correspondiente a su nivel educativo. La instrucción que debemos dar al
niño es la siguiente: "Esta ficha es para ver lo bien que comprendes lo
que lees. Lee el enunciado en voz alta y haz exactamente lo que te
dice". Mientras el niño realiza la ficha, observe cómo lo hace y siga
las siguientes estrategias en función de su conducta:
- Si mira o no los dibujos: Si
el niño miró los dibujos antes de leer es que muestra un estilo
reflexivo y debemos permitirle que mire antes de leer el enunciado,
puesto que necesita esa información para entenderlo. Si por el contrario
no miró los dibujos es que muestra un estilo impulsivo y debemos
pedirle que describa todo lo que ve en la hoja a fin de que automatice
este paso.
- Si el niño lee de un tirón el enunciado y trata de hacer lo que recuerda:
significa que tiene un estilo impulsivo, bien porque no sabe que la
información puede dividirse en partes más pequeñas y lee el enunciado
como un todo, tiene demasiada fe en su retentiva o puede que aun
sabiendo que está mal, no lo relea para corregirlo ya que su baja
tolerancia a la frustración se traduce en desánimo y abandono de la
tarea. En este caso debemos enseñarle la estrategia de "leer por partes"
que hemos descrito en el apartado anterior.
- Si el niño lee de corrido el enunciado, releyéndolo después una y otra vez:
significa que el niño se encuentra con dificultades de organización.
Puede realizar la tarea bien, pero pierde mucho tiempo y es probable que
con tanto releer, al final, pierda información. En este caso debemos
felicitarle por releer lo que cree no haber entendido y enséñele después
el ahorro de tiempo que supone la estrategia de leer por partes.
BIBLIOGRAFÍA
Orjales Villar, I. "Programa de entrenamiento para descifrar instrucciones escritas." CEPE (2009).
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