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"Intercambiar mensajes de texto está en otro orden de magnitud en
comparación con otras distracciones. Es una preocupación que hay por los
adolescentes en todas partes, y los niños con TDAH tienen un riesgo
mucho mayor", señaló el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del
desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven and
Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park.
El TDAH y el texting son un doble problema para los conductores adolescentes
Los adolescentes
con un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son
peores conductores que sus pares que no sufren del trastorno, y enviar y
leer mensajes de texto solo agrava los problemas en la carretera,
muestra un estudio reciente
- Además, enviar
mensajes de texto al volante distrae hasta tal punto que hace que los
adolescentes normales conduzcan tan mal como los que tienen un TDAH, lo
que pone de relieve el peligro de cualquier conductor de intentar
intercambiar mensajes y conducir un coche al mismo tiempo, indicaron los
investigadores.
Adesman ha estudiado el problema de los adolescentes que intercambian
mensajes de texto mientras conducen, pero no participó en esta
investigación. Aproximadamente la mitad de los adolescentes reconocen
que envían mensajes de texto al volante, según un estudio publicado
recientemente en la revista Pediatrics.
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Aproximadamente unos 6.4 millones de niños en EUA menores de 18 años han
sido diagnosticados de TDAH en algún momento de su vida, según las
autoridades de salud de EUA Para realizar el nuevo estudio, publicado en
línea el 12 de agosto en la revista JAMA Pediatrics, los investigadores
contaron con la colaboración de 61 conductores que tenían 16 y 17 años
de edad. Casi la mitad de ellos tenía el trastorno.
A los niños con el TDAH a menudo se les receta una medicación
estimulante para controlar síntomas como la falta de atención y la
impulsividad. Pero ya que los investigadores afirman que la mayoría de
los adolescentes conducen de noche y durante los fines de semana,
momentos en los que es menos probable que hayan tomado la medicación, se
pidió a los conductores adolescentes que no tomaran los fármacos.
Todos los adolescentes manejaron un simulador de conducción durante 40
minutos. Durante la mitad del tiempo, los investigadores les permitieron
conducir por zonas urbanas y rurales sin que hubiera ninguna
distracción. Durante dos periodos de 10 minutos, condujeron mientras
hablaban con el teléfono celular o mientas se intercambiaban mensajes de
texto con un investigador que les hacía preguntas desde otra
habitación.
En general, los adolescentes con TDAH tuvieron muchos más problemas para
permanecer en su carril y mantener una velocidad constante que los
niños con una atención normal. En promedio, se salieron de su carril
durante un 1.8 por ciento del tiempo.
Sus expedientes de conducción parecían reflejar estas dificultades.
Aproximadamente el 17 por ciento de los adolescentes con el TDAH han
recibido al menos una multa de tráfico, comparados con el 6 por ciento
de los que no tienen el trastorno.
Y cuando se les pidió que atendieran a los mensajes de texto, sus
problemas de conducción casi se duplicaron. Se desviaron de su carril o
pisaron el arcén durante aproximadamente un 3.3 por ciento del tiempo.
"Eso es un montón de tiempo fuera del carril mientras conduce un joven o
cualquier otro conductor", afirmó el autor del estudio, Jeffery
Epstein, director del centro para el TDAH del Centro Médico del Hospital
Pediátrico de Cincinnati, en Ohio.
Las dificultades experimentadas al intercambiar mensajes de texto fueron
evidentes para todos los conductores. Cuando pidieron a los
adolescentes sin un TDAH que intercambiaran mensajes de texto, pasaron
aproximadamente el 2 por ciento de su conducción rebasando las líneas de
los carriles, con lo que sus distracciones fueron tan graves como las
de aquellos con un diagnóstico de TDAH.
"Todos los niños han de dejar de atender a los mensajes de texto
mientras están al volante", afirmó Epstein. "El impacto de enviar y
recibir mensajes de texto es tan grande que el hecho de que estos niños
lo hagan al conducir les pone en tal peligro, tanto a ellos como a los
demás conductores, que es necesario que no se ponga en práctica
solamente una política de detención del intercambio de mensajes de texto
al volante, sino también una de refuerzo", señaló.
Los padres juegan un papel muy importante a la hora de controlar el
problema. Adesman recomienda a los padres que impriman un compromiso
escrito que se encuentra en línea y que pidan a los adolescentes que lo
firmen, como el que hay disponible en la Administración Nacional de
Seguridad del Tráfico en las Autopistas de EUA , y usarlo como un medio
para empezar una conversación sobre este problema.
También se recomienda: las aplicaciones de los teléfonos celulares o los
dispositivos fáciles de instalar en los coches que apagan un teléfono
al detectar que el coche se está moviendo, comentó Adesman.
Los problemas de atención de los que sufren del TDAH son más difíciles
de tratar, pero Epstein comentó que está haciendo pruebas de
intervenciones conductuales que confía que puedan servir de ayuda.
"El déficit que los niños con el TDAH parecen tener es que tienden a
desviar la mirada de la carretera durante más tiempo que los conductores
experimentados", explicó.
Epstein afirmó que los sistemas de rastreo de la mirada que hacen sonar
una alarma o que el asiento del coche vibre mientras el conductor no
está mirando al tráfico durante más de dos segundos podrían ayudar a los
niños a ser más conscientes del problema y a que lo corrijan por sí
mismos.
"Ese el tipo de cosas que serían interesantes si funcionan", afirmó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Andrew Adesman, M.D., chief, developmental and behavioral
pediatrics, Steven and Alexandra Cohen Children"s Medical Center of New
York, New Hyde Park, N.Y.; Jeffery Epstein, Ph.D., director, center for
ADHD, Cincinnati Children"s Hospital Medical Center, Ohio; Aug. 12,
2013, JAMA Pediatrics, online HealthDay
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