Primer capítulo de
Autores: Russell A. Barkley, con la
colaboración de Christine M. Benton
Título original:
Taking Charge of Adult ADHD, The Guilford Press, 2010
Traducción al castellano: Manuel León Urrutia
Revisión de la traducción: Beatriz Vega López
Dirección médica: J. Antoni Ramos-Quiroga.
(Coordinador del Programa de TDAH del Hospital Universitari Vall d’Hebron.
Investigador del CIBERSAM. Profesor asociado
de la Universitat Autònoma de Barcelona.)
Sumario
Agradecimientos 11
Introducción 13
Primer Paso: Para empezar, evalúese 15
1. ¿Es posible que padezca TDAH? 17
2. ¿Es capaz de sobrellevar los problemas sin
ayuda? 25
3. ¿A quién puede acudir en busca de ayuda? 29
4. ¿Qué necesita para el análisis? 32
5. ¿Qué le dirá el análisis? 37
Segundo Paso: cambie de actitud 50
6. Conozca su TDAH 52
7. Resistir a los impulsos, el primer paso
hacia el autocontrol 63
8. Autocontrol: cómo conseguir lo que quiere 69
9. Las funciones ejecutivas: las habilidades
que conforman el autocontrol… y otras cosas 75
10. La naturaleza del TDAH y cómo
dominarlo 96
11. Reconozca su TDAH 100
Tercer Paso: introduzca cambios en su cerebro 111
12. ¿Por qué tiene sentido probar la
medicación? 113
13. Los estimulantes 121
14. Los no estimulantes 134
15. ¿Qué puede esperar del tratamiento?
16. Regla 1: ¡Deténgase! 151
17. Regla 2: Vea el pasado… y después, el
futuro 155
18. Regla 3: Hable del pasado… y después del
futuro 158
19. Regla 4: Exteriorice la información más
importante 162
20. Regla 5: Sienta el futuro 167
21. Regla 6: Divida su tarea… y haga que cada
paso cuente 172
22. Regla 7: Exteriorice, materialice y
manipule los problemas 177
23. Regla 8: ¡Tenga sentido del humor! 182
Cuarto Paso: cambie de situación 185
24. La educación 187
25. El trabajo 198
26. El dinero 211
27. Las relaciones con las personas 219
28. Un peligro al volante y para su propia
salud (los malos hábitos) 229
29. Otros problemas mentales y
emocionales 242
30. Drogas y delitos 248
Apéndice: Análisis pormenorizado de los
síntomas del TDAH 255
Recursos 263
Sobre los autores 279
Muchas
personas colaboraron en los proyectos
de investigación que hicieron posible la mayoría de los hallazgos
plasmados en este libro, y todas ellas merecen mi más sincera gratitud.
En primer lugar, quisiera agradecer
la colaboración de los doctores Mariellen Fischer y Kevin Murphy, con
quienes he trabaja- do codo con codo en muchas investigaciones, incluidas las
que llevamos a cabo gracias a las tres subvenciones estatales otorgadas
por el Instituto Nacional de
Salud Mental y el Instituto Nacional de Pediatría y Desarrollo Humano, cuando
trabajaba en la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Tam-
bién quiero dar las gracias a Tracie
Bush, Laura Montville, Lorri Bauer, Keith Douville, Cherie Horan, Hope Schrader, Kent Shiffert y Peter Leo por
ayudar- me a completar unos estudios de
investigación de tanta envergadura.
Muchas gracias también a todos los
adultos con TDAH que participaron en nuestros estudios y a los que formaron parte de los grupos de
control por compartir as- pectos tan
íntimos de sus vidas con nosotros
para que pudiéramos aprender más sobre
la naturaleza, el día a día y los impedimentos del TDAH y la forma de
sobrellevarlo en sujetos adultos.
Una vez más, me gustaría
manifestar mi sincero reconocimiento a Kitty Moore y Seymour Weingarten
de la editorial The Guilford Press por animarme y ayudarme en la publicación de
este libro, y por una relación editorial que lleva brindándome apoyo más de 28
años.
i n t r o d u c c ión
Este libro está dirigido a usted si:
• se
le ha diagnosticado un Trastorno de Déficit de Atención/Hiperactivi- dad (TDAH)
siendo adulto;
• se
le diagnosticó cuando era niño y aún tiene síntomas;
•
piensa que podría padecer TDAH porque tiene dificultades a la hora de…
–
concentrarse,
–
prestar atención,
–
organizarse,
–
planificar,
–
resolver problemas,
–
controlar sus emociones.
Este libro puede serle útil si:
•
quiere averiguar los datos científicos sobre qué es lo que va mal;
•
quiere encontrar el mejor tratamiento;
•
quiere aprender estrategias y adquirir habilidades
para superar sus
síntomas;
•
quiere saber cómo potenciar sus puntos fuertes.
El TDAH es real. Y no solo afecta a los
niños. He dedicado más de 35 años a
tratar, investigar y enseñar qué es el TDAH. Durante la mayoría de todos es-
tos años, poca gente creía que los adultos
pudieran padecerlo. Ahora tenemos pruebas científicas de que nada menos que dos tercios de los niños con TDAH
seguirán sufriéndolo cuando crezcan, lo que significa entre un 4% y un 5% de
los adultos. Esto supone más de 11 millones de adultos solo en Estados Unidos.
Si es uno de estos adultos afectados (o
piensa que podría serlo), este libro es para usted. Lo escribí porque creo que
debería recoger el fruto de todo lo que hemos
aprendido durante décadas de
investigación. El TDAH es quizá uno de los trastornos mentales o emocionales
más estudiados. De hecho, la información
y los consejos contenidos en este libro
se basan en más de 7000 estudios publicados durante todo el siglo pasado.
Hemos
llegado a entender bastante bien qué es el TDAH y cómo afecta al
cerebro. Tenemos una visión más clara
que nunca de cómo y por qué esos sín- tomas convierten su vida diaria en un
camino cuesta arriba.
Lo mejor de todo es que disponemos de tratamientos
tan efectivos que muchos adultos terminan por tener la sensación de que por
primera vez el terreno de juego de su vida está nivelado.
En estas
páginas, va a conocer a algunos de esos adultos. Este libro también le ofrece una serie de
estrategias basadas en una teoría sobre
el TDAH que he desarrollado y que pueden dar un giro radical a su vida en el
trabajo, en casa y en la escuela, así como con su familia y amigos.
Estas
estrategias
derivan del conocimiento científico sobre qué hay detrás de sus
síntomas, y pueden ayudarle a tener éxito en cualquier cosa que
considere
importante, pues no es más que lo que se merece. El tiempo se me va de
las
manos y no puedo aprovecharlo como los demás adultos. Mi mente y mi
vida son un desastre. Casi
nunca puedo organizarme en el trabajo o en
cualquier otra actividad como hace cualquier otro adulto que conozca.
Sé que no paro de cambiar de una cosa a otra,
de un proyecto a otro, y esto vuelve locos a todos los que trabajan
conmigo. Pero tengo que hacer las cosas
en cuanto pienso en ellas, porque si no,
se me olvidan y nunca las termino.
Cuando
era niña, no era capaz de estarme sentada y quieta, y no sabía qué hacer con toda la energía que
tenía. Siempre me sentí como un bicho raro y lo odiaba. Recuerdo que tenía que ir cada día a la enfermería a
tomar mis medicinas… ¡era lo peor! Nadie
quería ser mi amigo porque no encajaba con el resto. Nunca seré la chica
tranquila del grupo, la reservada o la serena. Soy la chica extrovertida, a
veces ruidosa (bueno, quizá más de lo que estoy dispuesta a admitir), intensa,
algo papa- natas, sarcástica y divertida que de repente a todo el mundo le
gusta tener cerca.
Pues esto es lo que pasó el fin de semana
pasado y que irritó tanto a mi mujer. Saco el cortacésped el sábado por la
mañana y me encuentro la lata de gasolina vacía, así que cojo mi Ford Explorer
y voy a la gasolinera.
Mientras estoy llenando la lata, me encuentro con un amigo que también viene a repostar. Al igual que yo, es aficionado a la pesca de la trucha y me dice que tiene una caña y unas botas de más, y me invita a pasar un rato en el arroyo. ¡Vamos!, le digo. Me meto en su coche y dejo el mío en la gasolinera.
Pescamos durante una hora o así y después nos entra sed, así que nos acercamos al bar a tomarnos una cervecilla. Ya son las tres de la tarde cuando volve- mos a la gasolinera a recoger mi coche y vemos a la policía. Por lo visto, mi mujer les ha llamado porque cree que me ha pasado algo; solo he ido a por gasolina y ya llevo varias horas fuera de casa.
Estaba furiosa conmigo, tanto que no me habló durante varios días. Pero así es cómo soy, me dejo llevar por lo que ocurre a mi alrededor y muchas veces se me olvida qué tenía que hacer en un principio, o sencillamente pierdo el interés en lo que estoy haciendo y paso a cualquier otra cosa que me salga en ese momento.
Mientras estoy llenando la lata, me encuentro con un amigo que también viene a repostar. Al igual que yo, es aficionado a la pesca de la trucha y me dice que tiene una caña y unas botas de más, y me invita a pasar un rato en el arroyo. ¡Vamos!, le digo. Me meto en su coche y dejo el mío en la gasolinera.
Pescamos durante una hora o así y después nos entra sed, así que nos acercamos al bar a tomarnos una cervecilla. Ya son las tres de la tarde cuando volve- mos a la gasolinera a recoger mi coche y vemos a la policía. Por lo visto, mi mujer les ha llamado porque cree que me ha pasado algo; solo he ido a por gasolina y ya llevo varias horas fuera de casa.
Estaba furiosa conmigo, tanto que no me habló durante varios días. Pero así es cómo soy, me dejo llevar por lo que ocurre a mi alrededor y muchas veces se me olvida qué tenía que hacer en un principio, o sencillamente pierdo el interés en lo que estoy haciendo y paso a cualquier otra cosa que me salga en ese momento.
¿Es posible que padezca TDAH?
¿Le son familiares los testimonios que acaba
de leer? Son las voces de adultos con TDAH. El primero de ellos da justo en la tecla de lo que es el
trastorno. Es una descripción concisa de las serias dificultades para
administrarse el tiempo que acarrea el TDAH en la vida diaria de muchos
adultos.
¿Tiene la sensación de no estar sincronizado
con el reloj, con sus horarios o con su agenda? ¿Llega siempre tarde, se siente
disperso o no sabe qué hacer en las limitadísimas horas que tiene el día?
Si es así, sabe muy bien lo incómodo que es estar continuamente decepcionándose a sí mismo y a los demás al entregar tarde las cosas o al hacer que los demás siempre tengan que esperarle. Sabe perfectamente lo duro que es mantener una imagen de adulto y compe- tente cuando las demás personas de su entorno piensan que no pueden contar con usted para que las cosas salgan bien. Quizá sea ya hora de cambiar todo esto.
Si es así, sabe muy bien lo incómodo que es estar continuamente decepcionándose a sí mismo y a los demás al entregar tarde las cosas o al hacer que los demás siempre tengan que esperarle. Sabe perfectamente lo duro que es mantener una imagen de adulto y compe- tente cuando las demás personas de su entorno piensan que no pueden contar con usted para que las cosas salgan bien. Quizá sea ya hora de cambiar todo esto.
¿Cómo describiría sus dificultades?
Obviamente,
los problemas para administrar su tiempo no solo los causa el TDAH,
pero si experimenta algunas de las dificultades descritas
en los testi- monios anteriores, es posible que el TDAH sea el culpable.
Si es así, hay muchas cosas que puede hacer para mejorar su vida.
Eche un vistazo a esta lista y marque las
casillas en las que la respuesta pue- da ser sí.
☐ ¿Tiene dificultades para concentrarse?
☐ ¿Se distrae fácilmente?
☐ ¿Se considera muy impulsivo?
P R I ME R
P A S O : P A R A EMP E Z A R
, E V A L Ú ES E
☐ ¿Tiene dificultades para ser organizado?
☐ ¿Se ve incapaz de pensar con claridad?
☐ ¿Tiene la sensación de tener que estar
siempre ocu- pado haciendo muchas cosas y casi nunca ser capaz de terminarlas?
☐ ¿La gente dice que habla mucho?
☐ ¿Le cuesta escuchar atentamente a los demás?
☐ ¿Interrumpe a los demás cuando están hablando
o haciendo algo y después desearía habérselo pensa- do dos veces?
☐ ¿Le parece que su voz suena por encima de la
de los demás?
☐ ¿Tiene dificultades para ir al grano cuando
habla?
☐ ¿Se siente intranquilo a menudo?
☐ ¿Se le olvidan las cosas que tiene que hacer
pero que no son urgentes?
Aunque
solo un análisis profesional
podría decirle con certeza
si padece TDAH, cuantas más respuestas afirmativas haya dado a las preguntas de arri- ba, más
probable será que sufra este trastorno.
Por el momento, lo que puedo asegurarle es que la gran cantidad de datos recogidos demuestran que existe una
correlación entre los hechos arriba descritos (y cientos
de hechos simila- res) y el TDAH
en adultos.
Estos datos también nos muestran las
consecuencias que acarrean sus síntomas. El TDAH puede provocar que alguien se gaste todo el sueldo en algo que
parece divertido en ese momento, de modo que se le hace imposible ahorrar
lo suficiente para pagar las
facturas o para las vacaciones, el coche
o la casa que tanto deseará mañana, por satisfacer hoy un deseo que parece
irresistible. Puede inducirle a invertir todo su dinero en algo que siendo un
poco paciente y tras un mínimo análisis resulta ser algo tremendamente
arriesgado. Asimismo, puede obligarle a decir o a hacer cosas de las que más tarde
se arrepienta. ¿Le suena?
No hay que ser hiperactivo para tener TDAH en
la edad adulta.
No obstante, puede que piense
que es imposible que padezca
TDAH. «¡Si no soy hiperactivo! Mi hermano (o mi hermana, mi sobrino, mi amigo de la guardería, mi compañero de
clase) tenía ese tras- torno de niño y era un rabo de lagartija, no paraba
quieto y no dejaba de hacer cosas embarazosas. Yo no soy así.»
Una de las cosas que estamos empezando a entender acerca del TDAH es que
la hiperactividad se ve más en niños que
tienen el trastorno y que luego remite
gradualmente en la adolescencia y en la edad adulta. A menudo, lo único que
queda de la hiperactividad en los
adultos es esa sensación de intranquili-
dad y esa necesidad de estar ocupado todo el tiempo que conoce tan bien.
1 . ¿
E S P O S I B L E Q U E
P A D E Z C A T D A H ?
Todo lo que sabemos sobre el TDAH en los adultos proviene
di- rectamente de información científica:
•• Los datos recogidos desde 1991 en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts,
donde se estableció una de las primeras clínicas
de Estados Unidos para tratar
el TDAH en adultos.
•• Los resultados procedentes de un estudio en el que participa- ron 158 niños con TDAH
(y 81 sin), a quienes se observó hasta que alcanzaron la edad adulta. Fue uno
de los estudios más largos jamás
llevados a cabo.
Si piensa
que podría tener
TDAH, hay muchas razones para
hacerse un diagnóstico:
•
Estamos encontrando muchas
respuestas que podrían ayudarle. La cien- cia entiende cada vez mejor el TDAH
en los adultos, aunque no haga tan- to que se ha reconocido el trastorno a esta
edad.
•
Este trastorno puede causarle más daño que muchos otros problemas psicológicos y puede perjudicarle en todo
momento y dondequiera que vaya. El TDAH le limita en más áreas que la mayoría
de los demás trastornos observados en
pacientes externos de diversas clínicas de salud mental.
• Y
hay mucha más ayuda disponible, como
distintos tratamientos y estrategias, que en cualquier otro trastorno que
afecte a los adultos. El TDAH es uno de los trastornos psicológicos más
tratables que existen.
¿Cuánto tiempo hace que tiene estas dificultades?
Si piensa en lo que ha perdido esforzándose en administrar su tiempo, concen- trarse o controlar sus impulsos, ¿diría que han sido solo semanas, meses o más bien años? Recuerde cuando era niño: ¿tenía ya estos problemas? ¿Recuerda ser incapaz de estarse quieto en el pupitre, de terminar un proyecto o de respetar las reglas en el campo de juego?
Los adultos con TDAH que he estudiado, diagnosticado y tratado conser van distintos recuerdos sobre los tipos de problemas que aparecían en la lista anterior. A muchos de ellos no se les había diagnosticado de niños. A veces el pediatra no creía que el TDAH fuera real o los padres no pensaban que «ser hiperactivo o incapaz de concentrarse fuera un motivo para llevar al niño al médico», tal como me contó un hombre al que no se diagnosticó hasta la vein- tena. Puede que esas personas se hayan creído el mito de que no había nada tan
Si los síntomas son recientes y aparecen de forma repentina, por lo general se descarta el TDAH.
A veces no se diagnostica el TDAH a la gente
porque sus síntomas se encuentran en
un área intermedia entre este y otro trastorno o
porque tienen otras dificultades que
enturbian la imagen.
Que no se le diagnosticara de niño no
significa que no padezca TDAH.
Que se hayan reducido las dificultades que tenía cuando era niño a la hora de
administrar su tiempo, concentrarse o
controlar sus impulsos no implica que
haya dejado de padecer TDAH. Ser hiperactivo
de pequeño y no de adulto no significa no tener TDAH, aunque no haber tenido ningún
síntoma de niño relacionado con este trastorno probablemente sí
signifique que no lo padece. Los
síntomas propios del TDAH que se desarrollan solamente en la edad adulta o que
son recientes podrían estar
causados por algo distinto, como una lesión cerebral u otra enfermedad no
psicológica.
El 98% de los casos diagnosticados en
nuestras clínicas y estudios registraban síntomas desde antes de los 16 años de
edad.
Si no logra recordar haber tenido
las mismas dificultades cuando era niño, podría preguntarle a alguien
cercano, quizá a sus padres, a un hermano o a al- guien que le conociera bien de pequeño. Irónicamente, los mismos
problemas que dificultan a las personas con TDAH terminar las cosas a tiempo,
tomar de- cisiones acertadas e incluso
llevarse bien con los demás pueden a su vez hacer que les resulte difícil
recordar su propia historia con nitidez, por lo menos hasta que han cumplido los 25-30 años. Explicaré esto de
forma más extensa en el Segundo paso.
No tuve dificultades de niño y no he tenido
ninguna lesión cerebral. ¿Es posible que
el TDAH no me haya causado demasiados problemas porque soy inteligen- te?
Siempre obtenía puntuaciones altas en los tests de inteligencia del colegio.
Con excepción
de la escuela y, posiblemente, el
trabajo, es muy poco pro- bable que su inteligencia pueda protegerle de ciertas limitaciones; ya que no
es el único factor implicado en ámbitos
como la familia, las relaciones
sociales, la conducción, la ejecución de acciones ilegales, las adicciones, las relaciones amorosas y de pareja, entre
otros. Un coeficiente intelectual alto
no le habría protegido en estas áreas si hubiera sufrido los síntomas del TDAH.
La aparición repentina de dificultades en la edad adulta debe de estar causada por otros pro- blemas no relacionados con este trastorno.
La aparición repentina de dificultades en la edad adulta debe de estar causada por otros pro- blemas no relacionados con este trastorno.
Los niños y adolescentes con TDAH a los que
he hecho un segui-miento hasta la edad adulta a menudo no saben hasta qué
punto estos síntomas les afectan o
interfieren en su vida diaria. Nor-malmente, lo que los adultos con TDAH
cuentan sobre sí mismos no empieza a
concordar con lo que explican los demás
hasta la franja comprendida entre
los 27 y los 32 años.
Creo que podría padecer TDAH ahora,
aunque cuando era más joven no tenía
dificultades de concentración ni otros problemas similares. ¿Puede ser que es-
tuviera compensándolo con otras estrategias?
En nuestro estudio, los adultos
afirmaron que el TDAH comprometía
un promedio de 6 o 7 de cada 10 actividades importantes en su vida diaria. Esta
afección causa serias dificultades en todos los ámbitos de la vida adulta, desde la educación hasta
el trabajo y la familia. Sería casi imposible
superar la niñez, la adolescencia y la juventud solo
«com-
pensando» el
TDAH con otras habilida- des. A la mayoría de los profesionales les resultaría bastante difícil aceptar la idea de que el
TDAH no hubiera interferido en el desarrollo normal
de una persona hasta la edad adulta,
sin pruebas de una ayuda
Los síntomas deben llevar manifestándose al
menos seis meses antes de tenerlos en cuenta al diagnosticar el TDAH.
extraordinaria por parte de sus padres y la
escuela. El TDAH se define como la carencia de compensación durante la niñez,
no como una compensación eficaz durante esta etapa.
¿Cuáles son sus síntomas?
Solo
un profesional cualificado puede
ayudarle a responder por completo a esta pregunta. Aun así, una
respuesta
afirmativa a las siguientes preguntas puede ayudarle a decidir si
realmente necesita un análisis diagnóstico o no. En nues- tro
estudio, específico para el TDAH en
adultos, identificamos los nueve crite-
rios siguientes como los más precisos a la hora de reconocer el
trastorno:
☐ ¿Suele distraerse fácilmente
con estímulos superfluos
o pensamientos irrelevantes?
☐ ¿Toma decisiones de manera impulsiva?
☐ ¿Tiene dificultades para dejar de hacer cosas
que no debería hacer o aban- donar un comportamiento que no debería tener?
☐ ¿Empieza un proyecto o tarea sin leer o
escuchar las ins- trucciones con atención?
☐ ¿Es incapaz de cumplir las promesas o compromisos que contrae con los demás?
☐ ¿Tiene problemas para hacer las cosas en el orden adecuado?
☐ ¿Conduce más rápido que los demás; o si no con-
duce, le cuesta llevar a cabo actividades
lúdicas o divertirse sin hacerlo
estrepitosamente?
☐ ¿Se le hace cuesta arriba prestar atención en
tareas o actividades de ocio?
☐ ¿Encuentra difícil organizar tareas y
actividades?
La
cuarta
edición del Diagnostic and Statistical Manual of Men- tal Disorders
(DSM-IV) [Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales, Elsevier Masson, Barcelona,
2012], publica- do por la Asociación Americana de Psiquiatría, utiliza
18 síntomas para
diagnosticar el TDAH, 9 de ellos centrados en el déficit de atención y
otros 9
en la hiperactividad e impulsividad.
Pero la lista (véase apéndice) se desarrolló exclusivamente para diag-
nosticar a los niños.
Mis colaboradores y yo hemos
compilado datos de investigación que demuestran que la lista de 9
síntomas anterior es más útil con
adultos. Uno de mis compañeros de in-
vestigación, el doctor Stephen Faraone, realizó un estudio inde-
pendiente con sus propios grupos de
adultos, que demostró que estos síntomas
definían muy bien a los adultos con
TDAH.
¿Ha marcado cuatro de los primeros siete
síntomas de esta lista, o seis de los nueve totales? Si es así, es muy probable
que usted padezca TDAH. En tal caso, debería
acudir a un profesional de la
salud mental especializado para que le evaluara, si no lo ha hech
¿Cómo afectan estos síntomas a su vida?
El
TDAH no es una categoría en la que usted
entra o no, no es como el embarazo; sino
más bien como la estatura o la inteligencia. Piense en ello como en
una dimensión, en cuya escala se sitúan personas distintas en
distintos puntos.
Los síntomas son la manera en la que el
trastorno se manifiesta en forma de pensamientos y acciones. Las limitaciones son las consecuencias
adversas resultantes de la externalización de esos síntomas. La siguiente
tabla enumera las dificultades típicas que causa el TDAH en la niñez y en
edades más avanzadas.
Limitaciones típicas en la infancia
•
Estrés y conflictividad familiar
•
Relaciones problemáticas con los compañeros
•
Pocos o ningún amigo íntimo
•
Comportamiento inadecuado en las tiendas, la iglesia u otros escenarios
públicos hasta el punto de no ser
bienvenidos
• Poca
atención a la seguridad, accidentes y lesiones frecuentes
•
Lento desarrollo del cuidado
personal propio
•
Lento desarrollo de la responsabilidad personal
•
Rendimiento escolar muy por debajo de la media
•
Pocos años de escolarización
Limitaciones típicas
en la adolescencia y la edad adulta
• Bajo
rendimiento laboral
•
Cambios de trabajo frecuentes
•
Comportamiento sexual irresponsable, embarazo adolescente y enfermedades
de transmisión sexual
•
Conducción temeraria (velocidad, accidentes frecuentes)
•
Dificultad para administrarse (gasto impulsivo, uso excesivo de la
tarjeta de crédito, impago de deudas, incapacidad para ahorrar)
•
Problemas en las relaciones amorosas o de pareja
Menos comunes, pero también notables:
•
Actividades antisociales (mentir, robar, buscar pelea) que le llevan con
frecuencia a tratar con la policía e, incluso, a noches en el calabozo o penas
de cárcel; a menudo asociadas con un mayor riesgo de consumo y abuso de drogas
ilegales
•
Estilo de vida no muy sano (poco ejercicio; más entretenimiento
sedentario como videojuegos, televisión, Internet; obesidad, atracones,
bulimia, malos hábitos
alimenticios; abuso de nicotina y
alcohol) y, por lo tanto, mayor riesgo de enfermedad coronar
¿Qué hacer ahora?
A estas
alturas, debería tener
una idea más
aproximada sobre si tiene o no
TDAH y sobre si debería considerar acudir a
un profesional:
☐ ¿Tiene por lo menos seis de estos últimos
nueve síntomas?
☐ ¿Están presentes en su vida de forma
habitual?
☐ ¿Hace como mínimo 6 meses que sufre estas
dificultades?
☐ ¿Se desarrollaron durante su niñez o
adolescencia (antes de los 16 años)?
☐ ¿Sus síntomas habituales le han acarreado
consecuencias adversas (difi- cultades)
en uno o más ámbitos (educación, trabajo, relaciones sociales, re- laciones
amorosas o de pareja, al administrar su dinero, al conducir, etc.)?
☐ ¿Le acarrearon consecuencias adversas en su
infancia?
Si la respuesta a todas estas preguntas es
afirmativa, existen muchas proba- bilidades de que padezca TDAH. Siga leyendo
para saber qué hacer al respecto.
sobre los autores
el doctor russell a. barkley es conocido
internacionalmente por su larga tra- yectoria en la investigación del TDAH y
sus esfuerzos para educar a profesiona- les y al público en general. Es
profesor clínico de Psiquiatría en la Universidad Médica de Carolina del Sur y
profesor investigador de Psiquiatría en la universi- dad estatal Upstate
Medical University de Syracuse (Nueva York). Premiado por la Academia Americana
de Pediatría y por la Asociación Americana de Psicolo- gía, entre otros, el Dr.
Barkley ha publicado muchos libros sobre el TDAH y los trastornos relacionados.
Su web es www.russellbarkley.org.
chistine m. benton es escritora y editora.
Í n d ic e
agradecimientos 11
introducción 13
Primer Paso: Para empezar, evalúese 15
1. ¿es posible que padezca tdaH? 17
¿Cómo describiría sus dificultades? 17
¿Cuánto tiempo hace que tiene estas
dificultades? 19
¿Cuáles son sus síntomas? 21
¿Cómo afectan estos síntomas a su vida? 23
¿Qué hacer ahora? 24
2. ¿es capaz de sobrellevar los problemas sin
ayuda? 25
¿Es la causa de sus síntomas algo distinto,
como un problema médico? 26
¿Es el TDAH la explicación a todo lo que le
pasa? 26
El tratamiento más efectivo, la medicación,
requiere receta médica 27
¿Cuáles son exactamente sus puntos fuertes y
sus puntos débiles? 28
3. ¿a quién puede acudir en busca de ayuda? 29
Cómo encontrar a un profesional experto en
TDAH 29
Preguntas que debe hacer antes de concertar
la visita 30
4. ¿Qué necesita para el análisis? 32
Prepárese: qué esperar y qué llevar 32
Vaya con la mente abierta 33
Céntrese en obtener respuestas 35
Tests psicológicos típicos que se llevan a
cabo durante un análisis 35
5. ¿Qué le dirá el análisis? 37
¿Coinciden sus síntomas con los criterios del
TDAH? 38
¿Cómo afectan realmente esos síntomas a su
vida? 41
¿Podrá aceptar las conclusiones del médico? 42
Cuando sus síntomas no coinciden con los del
TDAH 44
¿Qué pasa si sigue sin estar de acuerdo con
las conclusiones del médico? 47
segundo Paso: cambie de actitud 50
Conozca y reconozca su TDAH
50
6. conozca su tdaH 52
¿Qué es lo que va mal psicológicamente cuando
se tiene TDAH? 52
Cinco áreas de dificultad para llevar a cabo
sus actividades diarias 55
El TDAH en los adultos no es un mero trastorno
de falta de atención 62
7. resistir a los impulsos, el primer paso
hacia el autocontrol 63
Arrastrado por las distracciones 63
Polvorilla
65
De piñón fijo 67
8. autocontrol: cómo conseguir lo que quiere 69
Los seis componentes del autocontrol 70
9. las funciones ejecutivas: las habilidades
que conforman el autocontrol… y otras cosas 75
La memoria de trabajo no verbal: utilizar la
visión de la mente 78
Memoria de trabajo verbal: utilizar la voz de
la mente 83
Autocontrol de las emociones: usar el corazón
de la mente 88
Planificación y resolución de problemas:
utilizar el área de recreo de su mente 92
10. la naturaleza del tdaH y cómo dominarlo 96
Miope ante el futuro 96
Tratar su propio TDAH: el panorama
general 97
Adapte la solución a su problema
específico 97
11. reconozca su tdaH 100
Una explicación, no una excusa 101
Tener TDAH no es culpa suya, pero aceptarlo
sí es su responsabilidad 101
tercer Paso: introduzca cambios en su cerebro 111
Medicarse para controlar el TDAH 111
12. ¿Por qué tiene sentido probar la
medicación? 113
La medicación funciona 113
¿Por qué es tan eficaz la medicación? 114
¿Entre cuántos medicamentos puedo elegir? 118
13. los estimulantes 121
¿Cómo ayudan los estimulantes? 122
¿Son seguros los estimulantes? 124
¿Qué efectos secundarios puedo experimentar? 126
¿Qué opciones tengo? 129
14. los no estimulantes 134
Atomoxetina (Strattera) 134
¿Es segura la atomoxetina? 136
Bupropión (Wellbutrin) 138
15. ¿Qué puede esperar del tratamiento? 140
Someterle a un reconocimiento físico y una
entrevista 140
Buscar el medicamento correcto 141
Realizar un seguimiento del tratamiento 143
Echarle una mano a la medicación 146
cuarto Paso: cambie de vida 149
Reglas para tener éxito en la vida
diaria 149
16. regla 1: ¡deténgase! 151
Descubra dónde le perjudica más su
impulsividad 152
17. regla 2: vea el pasado… y después, el
futuro 155
Identifique dónde residen los puntos débiles
de su memoria de trabajo no verbal 156
18. regla 3: Hable del pasado… y después del
futuro 158
Identifique los principales problemas que le
causa su memoria de trabajo verbal 159
19. regla 4: exteriorice la información más
importante 162
¿En qué sigue teniendo muchos problemas a
pesar de todo lo que se esfuerza? 163
20. regla 5: sienta el futuro 167
Averigüe dónde se encuentra menos motivado
para terminar las cosas 168
21. regla 6: divida su tarea… y haga que cada
paso cuente 172
¿Qué hace que sus metas siempre le parezcan
tan lejanas? 172
22. regla 7: exteriorice, materialice y
manipule los problemas 177
Sepa en qué aspecto de su vida tiene los
problemas más complicados o urgentes 177
Sea consciente del tipo de ayuda externa que
mejor le funciona 178
23. regla 8: ¡tenga sentido del humor! 182
Quinto Paso: cambie de situación 185
Domine el TDAH en los ámbitos específicos de
su vida 185
24. la educación 187
Sepa a qué se enfrenta 188
Prepare el terreno 190
Consejos para que le vaya bien en los
estudios 193
25. el trabajo 198
Encuentre el trabajo adecuado para usted 199
Prepare el terreno para que le vaya bien en
el trabajo 207
Recupere las ventajas de las que le priva el
TDAH 208
26. el dinero 21
Por qué los asuntos económicos le resultan un
reto… y qué puede hacer al respecto 212
Tome el control de su dinero 215
27. las relaciones con las personas 219
Cuando sus emociones le hacen perder el
control 220
Cuando el TDAH le deja sin conciencia de sí
mismo 221
Cuando el TDAH emborrona el guión de su vida 221
Parejas y cónyuges 222
Ser padres 224
Las amistades 228
un peligro al volante y para su propia salud
(los malos hábitos) 229
Conduzca de forma segura 230
Evite las heridas 235
Haga del sexo un asunto seguro 237
Reduzca los riesgos para su salud y los malos
hábitos 238
otros problemas mentales y emocionales 242
Trastorno negativista desafiante 243
Trastorno de la conducta o personalidad antisocial 244
Ansiedad 245
Depresión
246
drogas y delitos 248
¿Qué le aporta consumir drogas? 249
Evite (o deje) la trampa de las drogas 254
apéndice: análisis pormenorizado de los
síntomas del tdaH 255
Criterios oficiales para el diagnóstico del
TDAH 255
Síntomas relacionados con la hiperactividad y
la impulsividad: 256
Otros síntomas asociados con el TDAH en la
edad adulta 256
recursos 263
Fuentes de datos científicos 263
Lecturas adicionales 264
Páginas web
266
Centros especializados en TDAH 270
sobre los autores 279
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