Yo, como MAESTRA DE PRIMARIA, ¿qué haré ante un caso de hiperactividad?
"El niño hiperactivo, por el hecho de serlo, requiere un compromiso social por parte de profesores, familias y demás profesionales, quienes pueden convertir la situación en un auténtico caos o en un ambiente de aprendizaje constante".
Yo, como MAESTRA DE PRIMARIA, ¿qué haré ante un caso de hiperactividad? Primero, tras un diagnóstico leído del profesional sanitario y tras reuniones con el coordinador de ciclo y los padres, creo que intentaría mostrarme comprensible, asimilando el trastorno del niño, informándome sobre él, sentarle en el lugar adecuado, lejos de estímulos, enfrente de mí, entre niños más sosegados y tranquilos, le daría órdenes simples, serias y breves, estableciendo siempre un contacto visual con el niño o la niña desatentos, no puedo exigir todo a la vez, sino desmenuzarle la conducta en pequeños pasitos, (veámoslo con un ejemplo, si quiero centrarme en la tarea, primero, le pediré que logre terminarla, después que la haga con buena letra y por último, que el contenido sea acorde y correcto con la propuesta inicial del ejercicio), enseñarle y obligarle a mantener el orden en su mesa y hacer concesiones especiales para ellos suele dar buen resultado, es decir, darle más tiempo en los exámenes, alternarle actividades de trabajo de pupitre con otras que les permitan levantarse y moverse un poquito, indicarle cuando se está equivocando por un descuido, facilitarles un examen oral de vez en cuando para que descanse de la escritura, etc., y sobre todo, una palmada en el hombro, una sonrisa ante un esfuerzo, por pequeño sea, son para ellos, signos claros de que no están solos, pues ellos son conscientes de que tienen un problema.
No te pedirán ayuda pero sí agradecerán la que le ofrezcas. No le humille o conteste en los mismos términos que ellos suelen hacerlo, hay que evitar insistir siempre sobre todo lo que hace mal, tener entrevistas frecuentes con los padres para recabar información sobre ellos y seguir su evolución resultan ideales como medidas preventivas y de superación de obstáculos.
El o la REEDUCADOR también tiene su misión en estos casos, orientarán a los padres sobre el trastorno que padecen sus hijos o hijas, les ofrecerán vías, alternativas y soluciones a su alcance, pautas de conducta y actuación adecuadas para que puedan seguirlas, reeducarán las dificultades de aprendizaje asociados de las que ya comentamos anteriormente (falta de memoria, disgrafías, dislexias, etc.), le entrenarán en la resolución de problemas, en las habilidades sociales (diálogo, generosidad, amistad, empatía, asertividad…) y en técnicas de relajación (actividades de respiración, control tónico muscular, equilibrio, entre otras).
Sinceramente comparto la opinión de que estos niños sólo necesitan que nos familiaricemos con sus limitaciones, que sepamos que aún queda mucho por descubrir sobre las bases biológicas, la influencia del entorno y las posibilidades terapéuticas de este síndrome al ser una entidad propia. Si sus padres no se alarman innecesariamente, el comportamiento de su hijo o hija hiperactivo/a les preocupa realmente y realizan un diagnóstico precoz facilitará el tratamiento posterior, mientras tanto, los profesionales de la educación, seguiremos luchando por compensar esas carencias que nos vienen desde fuera y que, sin duda, hacen más rica las diferencias entre las personas, trabajar en un contexto en el que debemos implicarnos responsablemente, sin etiquetar, excluir o marginar resultan modelos claves que los alumnos imitarán.
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