Características del TDAH que dificultan la comunicación.
En numerosas ocasiones hemos señalado que la principal característica de los niños con TDAH es la inatención. Ésta le lleva a distraerse fácilmente con estímulos irrelevantes que provienen del entorno. Por ello, será determinante el adquirir ciertas habilidades para captar de manera eficaz la atención de nuestro hijo. La vía más acertada será utilizar una comunicación asertiva, así como otros aspectos ya comentados como pueden ser: el uso de recompensas verbales y materiales; mirar a los ojos; tocar al niño suavemente para recuperar la atención del mismo;…
Hablarles de forma clara y precisa, con mensajes cortos y de fácil comprensión será otra de las estrategias fundamentales porque como ya sabemos, estos niños tienen un déficit en las funciones ejecutivas que les lleva a tener un procesamiento de la información más lento, así como ciertas dificultades para retener mucha información simultánea. Utilizar mensajes cortos y de forma consecutiva (dar órdenes poco a poco y no de una sola vez) mejorará profundamente la actuación de los niños con TDAH.
Debemos tener claro también que estos niños suelen tener una baja tolerancia a la frustración que va a perjudicar en muchas ocasiones nuestra comunicación. Casi siempre la primera respuesta del niño ante una negativo será de enfado y de rechazo, por ello habrá que esperar un tiempo prudencial para dejar que su estado de ánimo sea el adecuado para seguir manteniendo la conversación. Muchas veces podemos evitar estas primeras reacciones anticipándole con tiempo (el día anterior por ejemplo) lo que va a ocurrir. De esta manera, lo irán interiorizando y su frustración será mucho menor.
El uso de estas estrategias se va adquiriendo poco a poco, y cada padre debe adecuarlo siempre a las características de su hijo con TDAH.
Otra de las características que dificulta la comunicación con estos niños es su falta de motivación. Como bien hemos explicado, su conducta siempre se suele atribuir a fracaso, lo cual lleva al niño a actuar ante las tareas con una baja motivación, que le llevará indudablemente a un bajo rendimiento. No podemos olvidarnos que la base de cualquier aprendizaje es la motivación y si ésta falla, se puede ver entorpecido todo el proceso de aprendizaje y desarrollo del niño. Proporcionarle situaciones en las que sabemos que va a tener éxito y darle mensajes motivadores será una de las funciones más importantes de los padres, si queremos que nuestro hijo no tenga problemas severos en el futuro. Se deben compensar ciertas carencias que tienen estos niños con otras actividades, actitudes o conductas. Así se pueden ir alternando actividades más complejas o menos motivadoras para el niño, junto con otras que destaquen sus virtudes y sean de mayor motivación personal.
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